Su voz literaria nació en la pampa y desde ahí conquistó el mundo. Con su primera novela, “La reina Isabel cantaba rancheras” (1994), se instaló entre los clásicos contemporáneos chilenos, traducido a más de veinte idiomas y leído en universidades y ferias de libro por igual. Premio Nacional de Literatura (2022), entre otros reconocimientos, sigue siendo un narrador prolífico, capaz de retratar la vida popular con ternura y humor. Este año volvió a las librerías con la reedición de “Poemas y Pomadas”, confirmando que su pluma sigue tan viva como el desierto que lo inspira.