En 2019, la tenista chilena se coronó como la mejor del mundo en la categoría senior +70 ranking ITF. Tomó por primera vez una raqueta a los 12 años y a los 13 ya estaba entre las mejores jugadoras del país. Durante los 70 y los 80 fue la primera raqueta nacional. En 1975 obtuvo bronce en los Panamericanos siendo la primera tenista mujer chilena en lograrlo. Durante todo este periodo se enfrentó al machismo de la época, abriendo camino a las mujeres que vinieron después. Este año lanzó el libro de sus memorias, “Leyla”, donde cuenta la historia de su vida acompañada siempre por su raqueta.